Maestro Arturo Petit Almonte

Cinta Negra - Octavo Dan

Maestro de las Artes de Kenpo

Cuando un hombre parte, se lo recuerda por sus acciones. Algunas se van con él y deja por las cuales nunca será olvidado.

Inicio de Primavera del año 2000, a puertas del siglo XXI, jueves 31 de Agosto, un llamado telefónico para comunicar una lamentable noticia. El más famoso cultor de las artes marciales de Chile, el "Sensei" Arturo Petit Almonte, ha fallecido. Su corazón ha dejado de latir, ese mismo corazón que durante sus 57 años le acompaño en sus sueños y empresas que le permitió alcanzar los más altos logros dentro de las Artes Marciales. Representante para Latinoamérica de la International Kenpo Karate Association, cargo otorgado por el Maestro Parker (QEPD). Enseño el arte del kenpo a decenas de generaciones de alumnos, entre los cuales destacan niños, estudiantes, profesionales, empresarios, policías, actores, autoridades civiles, militares, diplomáticos e incluso un presidente de la Republica. Su profesionalismo e interés por el desarrollo de este arte Marcial, le fue reconocido por el propio maestro Ed. Parker el cual le otorgo, en vida, uno de los más altos rangos como cinturón negro de Kenpo, el grado de Séptimo Dan y con ello se gano un sitial de honor junto a los más destacados alumnos del sistema como ser Richard Planas, Joe Palanzo, Frank Trejo, Tom Kelly, Dave Hebler, steve Labounty, Bob White, Larry tatum, Chuck Sullivan, Ron Chapel y Lee Wedlake.

Reconocido en nuestro medio con él titulo de "Sensei" o Maestro de artes marciales, nombre que se gano muy tempranamente, en los años 70, por sus logros de carácter excepcional que lo destacaron dentro de la comunidad nacional, siendo ampliamente reconocido por sus intervenciones en programas de radio y televisión. Al momento de su partida, tuve el honor de otorgarle en nombre de todos los Kenpistas de Chile, sus alumnos, el Grado máximo que puede lograr un hombre dentro de la carrera de las artes marciales y del sistema Kenpo, el Cinturón negro en décimo grado.

Maestro de maestros. En Chile, 9 de cada 10 cinturones negros fueron entrenado en la escuela del Maestro Petit. Al momento de su partida, estos nuevos maestros se hicieron presente para agradecerle en silencio su aporte y ayuda por el camino que forjo como uno de los pioneros del Karate en Chile.

Sus desafios.

Enfrentó uno de los desafíos más importantes del Hombre, "vencerse a sí mismo", vencer sus propias limitaciones, vencer sus frustraciones. Enseño y pregono con el ejemplo, mostrando que la perseverancia y convicción hace que el hombre se supere, con ello la personalidad se fortalece y la seguridad lo corona, ello conlleva a vencer los desafíos cotidianos que la vida coloca en nuestro andar. Desafios, como el traer a nuestra casa a esos grandes maestros y alumnos de Ed. Parker.

El arte marcial nos enseña, que los obstáculos no existen y si se presentan, estos pueden ser superados convencidos de la capacidad de superación del ser humano. Así se construye, así lo hizo el maestro Arturo Petit. En la construicción su gran obra, fuimos los soldados de su ejercito. Enfrentamos escaramuzas y batallas, en algunas puede que hayamos salido magullados y golpeados pero no hemos sido vencidos.

Sus sueños.

Cada conversación con él era fascinante, proyectado de lo contingente a lo futuro, de lo real a lo insólito y lo fantástico, construía mientras hablaba y de paso entusiasmaba, con sus sueños, con una facilidad increíble ya que traía consigo el compartir y crecer con los más grandes exponentes de las artes marciales del mundo. Todas las personas que alguna vez conversaron con él, sin lugar a dudas tienen gratos momentos que recordar por su manera de exponer e ilusionar. Con ello nos entusiasmaba y lograba darnos un nuevo empujón para proseguir en este camino de la enseñanza y sobre todo cuando el maestro lograba sorprendernos anunciando la visita de aquel Maestro que mencionó y construyo en aquellos momentos de intimidad de la conversación. Muchos sueños se concretaron en numerosas conversaciones concluido el entrenamiento, cansados y fatigados por la dureza de la práctica cotidiana la conversación se extendía construyendo proyectos de futuro, algunos de los cuales no se concretaron, no porque el maestro no quisiera realizarlo sino, porque las condiciones impuestas tanto económicas o exigencias adicionales eran muchas veces difíciles de cumplir.

A mi mente viene el grato recuerdo del momento de alegría y nostalgia que viví en el evento que se denomino "La Noche de los Maestros", como olvidar el encuentro simultaneo con estrellas del Karate de la talla del ya desaparecido Maestro Ed. Parker y su discípulo Frank Trejo de la Kenpo Karate, El Francés Dominique Valera, campeón de Full Contact de Europa, El maestro considerado como "el Rey del de Kung Fu"; Erick Lee y al carismático y entretenido maestro Tadashi Yamashita, todo un espectáculo de artes marciales. Su mayor sueño, lo cumplió en vida y por ello lo disfruto al máximo, los kenpistas se multiplicaron por generaciones y en cada ciudad de Chile logro la existencia de una escuela de Kenpo Karate. Hoy muchas de esas generaciones pasadas, envían a sus hijos a nuestras escuelas para que le entreguemos los beneficios que aporta la práctica del Kenpo.

El Maestro Petit, nos dio un papel protagónico en sus sueños y los hizo realidad.

Su amor.

Sentimiento reflejado por aquellas amplias muestras de cariño con las cuales acogió y protegió a cada uno de sus alumnos, instructores y directores. Su apoyo incondicional y permanente preocupación por cada uno de sus lideres fue una de sus fortalezas, si nos sentimos solos en algunas oportunidades, esta sensación fue momentánea, nos dejo vivir la experiencia en solitario que sintiéramos la sensación y luego, se acerco. Participo de los grandes y pequeños proyectos desarrollados por cada instructor, de la escuela más prospera a la más humilde, no discrimino en su amor por la labor educacional, ello lo fortalecía para continuar en la senda de promulgar el arte del Kenpo. Dio espacio, para atender y acoger toda petición, de aquellos alumnos ya convertidos en instructores, para apoyarlos en la opción elegida, el camino de la enseñanza.

Para salvarlo de sus preocupaciones, en uno de nuestros viajes le pregunte "¿ Maestro por que se preocupa tanto de los pequeños pero grandes problemas de los instructores si sus escuelas son tan pequeñas frente a otras las cuales debiera dedicarles más tiempo y atención?". Respuesta : ¡Garay!, "No hay escuelas grandes ni chicas, ni más ricas o más pobres, ni más importantes o menos importantes. Frente a cada una de ellas hay una personas que necesita de nuestra atención y esperan un gesto de aprobación o una respuesta que los mueva a la acción y como los conozco tanto, a cada uno de ellos, los atiendo, porque en el fondo los quiero como si fueran mis hijos, algunos los he visto crecer junto a nosotros desde que eran adolescentes, hoy convertidos en hombres continúan luchando con sus miedos y frustraciones, como los voy a abandonar". Siempre otorgo un espacio de intimidad donde escucho las problemáticas, aconsejo y dejo hacer, corrigió y castigo, pero asimismo al igual que un padre, perdono y acogió a los "hijos pródigos". Su papel de padre, lo desempeño eficientemente y por ello nos conoció en lo más profundo de nuestros sentimientos e intereses personales.

Su Juego.

La vida; desafíos, logros, emociones, torneos, presentaciones públicas, actos de beneficencia, programas de radio difusión, presentaciones en Televisión y viajes, todo en nombre de las Artes Marciales. Sus compañeros de correrías éramos nosotros, sus alumnos, que corríamos con él y estábamos junto a él cuando nos necesitaba.

Maestro, Siempre estaré orgulloso de haber sido su alumno.

Seducia con suma facilidad ya que conocia a cada uno de sus alumnos y sabia que podia contar con nosotros, no importando donde ello fuese, nos involucro en su juego y hoy gustoso podemos disfrutar de los recuerdos de cada aventura emprendida.

Su Jugada maestra.

Nos dejó con un enorme potencial para continuar por este camino y con la misión de actuar en equipo por la senda del Kenpo Karate. ¡Profesor, viene el Maestro! Ya no escucharé de los alumnos, que siempre atentos me avisaban,

¡Profesor, viene el Maestro!.

A contar de ese momento todo cambiaba, el ambiente se revolucionaba, se acentuaba la incertidumbre, se abrían y/o se cerraban expectativas, por momentos reinaba el desconcierto, afloraba el nerviosismo que rayaba en el limite del miedo y en silencio esperábamos hasta responder a su saludo ¡HAIT!. El comportamiento observado demostraba la valía de nuestro maestro. Le otorgábamos autoridad, a su persona y a sus palabras. Era el Maestro, nuestro líder y nadie dudaba de ello. Por ello cada vez que nos visitaba me recordaba mis tiempos de alumno adolescente donde su presencia provocaba las mismas sensaciones y por ello, sus clases han perdurado inolvidables en mi recuerdos y por ende, reconfortante de haberlas superado. Este sentimiento afloraba con su presencia y me permitía ofrecerle, en cada oportunidad, el liderazgo de la clase que impartía, a sabiendas de la reprobación de mis cinturones negros, ya que se exponían a la mano dura y critica del maestro que con solo observar unos breves segundos, hacia publico aquellos pequeños defectos y errores en nuestra técnica. Hoy está más presente que nunca en mis clases, aunque físicamente sé que no esta entre nosotros, su recuerdo y espíritu es más fuerte. Hoy valoro más que nunca ese aviso ¡ Profesor, viene el Maestro!

Después de compartir más de treinta años el arte del Kenpo, de crecer y vivir gratos momentos estimulantes en Chile y el extranjero con el Maestro Petit, en este reconocimiento póstumo, comparto con ustedes, una de las máximas que siempre sacábamos a colación en nuestras conversaciones... Hay hombres que hacen cosas, otros que observan y sorprendidos se limitan a aplaudir, y los demás , que con incertidumbre preguntan ¿qué pasó?. El Maestro Petit, sin lugar a dudas estuvo entre los primeros y la interrogante, mi querido lector, es.. ¿Dónde te ubicas tú?

Maestro, más temprano que tarde, nos juntaremos en algún lugar de la eternidad y con la gracia de Dios volveremos a vivir estos gratos momentos.